Las redes rompen el muro de silencio que Israel impone en Gaza: así documentan los jóvenes el horror del día a día

En medio de la persecución a periodistas en la Franja de Gaza, activistas muestran a sus seguidores en redes la crudeza cotidiana a través del arte y la cultura.
El cierre total de Gaza a los periodistas internacionales continúa desde el 7 de octubre de 2023. La magnitud del genocidio sigue sin poder ser documentada y los profesionales que quedan dentro de la Franja son objetivos militares para Israel en su búsqueda por ocultar una realidad aterradora. Alrededor de 200 periodistas han muerto desde el comienzo de la última ofensiva israelí. Una persecución sobre la que Reporteros sin Fronteras afirma tener suficientes testimonios e imágenes para señalar una “intención deliberada” de atacar a la prensa por parte de Israel.
Ante la incapacidad de los canales informativos más tradicionales, en Gaza han surgido nuevas voces a través de las redes sociales. Muchos jóvenes, aprovechando el altavoz mediático que suponen estas plataformas, han decidido volcar sus esfuerzos en contar el día a día de la Franja y denunciar lo que está ocurriendo a través de Instagram, TikTok o YouTube.
Hala Alsosi, Mohammed Herzallah, Omar Shareed, Renad Attallah, Mohamed Al Khalidi y la fallecida Yaqeen Hammad, asesinada en un ataque israelí, se han convertido en algunos de los narradores de la realidad gazatí más importantes del momento. Con millones de seguidores a sus espaldas están consiguiendo mostrar la crudeza de la Franja a través del arte, la cultura y la resistencia palestina.
El fenómeno rutinario
Los desplazamientos forzados, las muertes de familiares y la hambruna son una constante para los gazatíes que continúan sobreviviendo dentro del enclave. Una realidad reflejada a través de los vídeos diarios que publica Mohamed Al Khalidi en su perfil de Instagram (@m7md_vo) con 2,6 millones de seguidores. Un joven gazatí que perdió a su hermano en junio de 2024 tras un ataque israelí dentro de una “zona segura”. “Estábamos discutiendo quién iría primero al baño… justo entonces dispararon y una bala le dio en el pecho”, relató en una publicación.
A los pocos meses Mohamed fue desplazado de su hogar, como la mayoría de la población, al sur de la Franja y obligado a vivir en tiendas de campaña. Unos meses en los que ha relatado una hambruna masiva y a la que ha intentado sobrevivir haciendo su propio huerto, criando palomas y cocinando los pocos cereales que podían conservar.