Lo que no se vio de la autocelebración de Javier Milei: la intimidad de la grabación, los datos falsos y el show del balcón

Escoltado por su Gabinete, el Presidente festejó el ajuste y aplaudió el despido de miles de empleados públicos. Ante el drama social, agradeció el “sacrificio” de los argentinos. La presentación en el balcón de la Casa Rosada y las críticas opositoras.
Javier Milei festejó su primer año de mandato como si en el país no hubiera cada vez más jubilados que no pueden comprar medicamentos, trabajadores despedidos, salarios por debajo de la línea de la pobreza y una economía paralizada. El Presidente se mostró a los besos con su novia, la vedette Yuyito González, con su hermana Karina Milei, y con sus ministros en el balcón de la Casa Rosada, sin la vicepresidenta Victoria Villarruel. Antes de salir al balcón –a las carcajadas y con el puño en alto– el Presidente había grabado el mensaje que, pasadas las 21, se emitió por cadena nacional. Allí, Milei hizo un repaso de su gestión y prometió que el año que viene será el año de la “motosierra profunda”, volvió a despotricar contra “la casta”, se jactó de “hacer el ajuste más grande de la historia”, de despedir “más de 34 mil empleados públicos”, de cerrar ministerios y desfinanciar áreas del estado como el INCA. Además, agradeció a los argentinos “de a pie” por el “conmovedor sacrificio que hicieron”, que, según aseguró, permitió “ahorrar 15 puntos del PBI”, para “devolverles el dinero al sector privado”. En otras palabras, por soportar una brutal transferencia de recursos de los sectores medios y populares a los sectores más concentrados de la economía.
Una vez en el balcón, después de grabar el mensaje con todos los ministros de fondo y su hermana a su lado, los hermanos Milei invitaron a pasar uno a uno a los funcionarios que ejecutaron el ajuste y los mostraron orgullosos ante las menos de 150 personas que lo saludaban detrás de la reja en la Plaza de Mayo. Muchos eran jubilados, que declaraban que la estaban pasando “muy mal”, pero que “tenían fe”, en el gobierno. “El futuro de prosperidad está al alcance de nuestras manos. Pueden subirse al tren del progreso o ser arrollados por él”, terminó el Presidente la cadena nacional, en una reversión de la “luz al final del túnel” que prometía el macrismo y nunca llegó.
Para arrancar la cadena, después de agradecerle a los “hombres de a pie por el sacrificio”, el Presidente decidió citar al expresidente Carlos Saúl Menem: “Menem dijo que el coraje de un pueblo se mide por la cantidad de verdades que está dispuesto a soportar”, indicó y aclaró que él había advertido que su gobierno “iba a requerir un impasse de dolor”. En esa línea, opinó que se terminó el año “con alivio”, y prometió que vendrán “tiempos felices” en La Argentina. Más adelante, también citó a Luis XV para criticar a “la casta”. “Cuando el rey Luis XV de Francia despilfarraba la riqueza del reino en sus placeres personales, decía una frase: ‘Después de nosotros el diluvio'”, recordó y se jactó de cerrar el ministerio de las Mujeres y el INADI a los que calificó de “aguantaderos militantes”.